
Nuestro Modelo
Nuestro modelo de intervención combina herramientas jurídicas, técnicas, sociales y ambientales que permiten articular proyectos de inversión con las realidades territoriales, normativas y culturales de las comunidades receptoras.
Buscamos garantizar certidumbre a largo plazo para inversionistas y beneficios tangibles para las comunidades, respetando la tenencia de la tierra, los derechos culturales y la integridad de los ecosistemas.
Nuestro modelo se compone de seis principios clave que estructuran la intervención desde la identificación del territorio hasta la sostenibilidad del proyecto:

Identificación estratégica del territorio.
Podemos participar en la identificación de zonas con potencial productivo y rezago energético, realizando un análisis normativo y contextual que permite anticipar riesgos y definir rutas viables de implementación.
Acceso compartido a la energía.
Diseñamos sistemas de electrificación que abastecen tanto a los proyectos productivos como a las comunidades, promoviendo el acceso equitativo a la energía como derecho habilitante.

Diseño de esquemas de inversión adaptados.
Estructuramos marcos institucionales y financieros adecuados al entorno jurídico y social, asegurando que el proyecto sea viable, legalmente sólido y socialmente pertinente.
Desarrollo de proyectos productivos inclusivos.
Impulsamos actividades económicas contextualizadas que integran a las comunidades como beneficiarias, proveedoras o socias, fortaleciendo su capacidad productiva y autonomía.


Relación comunitaria legítima y participativa.
Desarrollamos procesos de diálogo que reconocen las formas de organización local, los sistemas normativos propios y las aspiraciones comunitarias, como base para obtener la licencia social.
Evaluación y sostenibilidad de mediano plazo
Aplicamos metodologías de evaluación ambiental, social y económica que permiten mitigar riesgos, cumplir con los estándares de sostenibilidad y garantizar retornos razonables.


